La escala de Richter

Charles Francis Richter fue un sismólogo estadounidense. Junto al germano-estadounidense Beno Gutenberg estableció una escala para medir los terremotos.
La escala sismológica de Richter, también llamada ‘escala de magnitud local’, es una escala arbitraria logarítmica, de forma que los valores asignados a cada nivel aumenten de forma exponencial, y no de forma lineal. La escala no tiene valores mínimos ni máximos. De hecho, los avances técnicos en sismógrafos han permitido registrar movimientos sísmicos de -1,5 grados.

Realmente, no se habla de terremotos hasta que no se alcanza el grado 2. Por debajo de este nivel se registran 8.000 seísmos cada día, pero no son perceptibles por el ser humano. Es a partir del cuarto grado cuando se puede sentir un terremoto. Es muy raro que uno de estos movimientos provoque daños significativos. Estos aparecen a partir del grado 5.
Un terremoto de grado 6 puede destruir un área de 160 kilómetros de diámetro. El terremoto de 2009 en L’Aquila, Italia, tuvo una intensidad de 6,9 grados: causó 294 muertos y 50.000 personas perdieron sus casas.
La mayor liberación de energía que ha podido ser medida en la historia ha sido durante el terremoto ocurrido en la ciudad de Valdivia (Chile), el 22 de mayo de 1960: 9,6 grados en la escala de Richter. La tierra tembló durante diez minutos, matando a 3.000 personas. El mar subió hasta cuatro metros en el puerto de Valdivia antes de retirarse arrastrando los barcos y volver a golpear las localidades costeras en forma de ola gigante de más de 10 metros de altura y 150 km/h. La onda expansiva recorrió el Pacífico provocando maremotos en Hawaii, a más de 10.000 kilómetros de distancia del epicentro. También se sintieron sus efectos en Japón, Filipinas, California, Nueva Zelanda, Samoa y las islas Marquesas.
El grado 10 en la escala de Richter es el estimado para el impacto de un meteorito rocoso de 2 kilómetros de diámetro a 25 km/s. Algo así como poner el armaggedon en la escala.
Charles Francis Richter falleció en 1985. Posiblemente nunca estuvo en Haití. De todas formas, tampoco podría ya. Porque Haití ya no existe: el 12 de enero de 2010 se lo tragaron 7,3 grados en la escala.

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